Nagy döntést hozhatnak Németországban: rögtön a választás után visszavonnák a sokat vitatott törvényt
Gazdaságilag és politikailag is bonyolult folyamat jöhet.
Como todas las decisiones trascendentales para el futuro de un país, debería someterse a referéndum esta propuesta cañamera.
„Imagino que cuando Felipe González propone legalizar la producción, tráfico y consumo de drogas no estará pensando únicamente en Marruecos, sino también en su Al Andalus natal, una tierra donde las raíces de cannabis contribuirían poderosamente a evitar la desertificación. Y cuando digo Al Andalus, me refiero a todos y cada uno de los territorios a los que llegó Almanzor. Ignoro cuál es el coste sanitario y social que conllevaría la legalización, un tema a discutir con carácter previo a cualquier otra consideración. Pero últimamente todas las leyes que proceden de nuestro Parlamento son impulsadas a medida de los sectores económicos implicados, como demuestra el proyecto de Ley de Economía Sostenible. Y desde esa estricta perspectiva económica, es fácil imaginarse los beneficios de tal medida para la economía nacional en general, y para Internet en particular.
Cuando una conducta deja de ser ilegal o sale del limbo jurídico (como en el caso del juego online, por ejemplo), no existe tejido industrial ni comercio minorista: el desarrollo de una red comercial lleva mucho más tiempo que el necesario para aprobar una ley. Y ya tenemos suficiente experiencia en comercio electrónico para saber quién ocupa de inmediato los nichos de negocio que deja libres el comercio tradicional.
Entre cárceles, policías y jueces, el erario público puede ahorrarse los buenos miles de millones de euros que vienen siendo generosamente destinados a la represión del narcotráfico. Por el camino, los ahorros en mordidas y sobornos varios también pueden contribuir poderosamente a la economía nacional, taponando pozos de corrupción. Para desarticular una mafia, nada como el libre mercado: el dinero negro se reconvertiría en impuestos sobre las labores del cáñamo. Y con todo ello, no dudo que nuestras administraciones públicas pueden plantearse un ambicioso programa de subvenciones para los sectores productivos implicados, a saber: agricultura, turismo rural y servicios de Internet.”