„El debate no está tanto en la fricción Cataluña-España como en las filias animalistas, en la defensa de los supuestos derechos de los animales y en considerar el toreo un asesinato. Es este público joven, urbano, que cree que efectivamente los animales tienen derechos. Ese ese público relativista, que se apunta a las causas más estériles y absurdas y que ninguna atención presta a lo que es verdaderamente importante.
El nivel del debate en Cataluña está por los suelos. La devastación moral es total. Los simpatizantes de Iniciativa per Catalunya o de Izquierda Unida (tanto monta, monta tanto) que se declaran antitaurinos y que acuden cada tarde a las puertas de la plaza Monumental a llamarles torturadores y asesinos a los que van a los toros, son los mismos que luego participan en manifestaciones en favor de Castro o de Hamas. Los derechos de los animales, sí. Pero a los cubanos que les den y viva el terrorismo.
A pesar de que no es la tendencia mayoritaria, también está el sector independentista que quiere abolir los toros por considerarlos españoles o españolistas. De un lado, reclaman libertad para Cataluña; del otro, limitan la libertad en Cataluña. No es casualidad que tengamos unos gobernantes tan necios e iletrados, y en el fondo, mucho peor que ser Montilla, es ser uno que ha votado a Montilla o que con su voto le ha encumbrado hasta su actual silla.”