„La guerra del fin del mundo, para mi la mejor novela del ahora Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, es la historia novelada de una guerra concreta y real, cuando los pobres del Brasil, animados por la prédica de un carismático santón, arremetieron contra la república que se había instalado en el poder, luego de la caída incruenta de la monarquía. El episodio, además de verídico, tiene el patetismo de las mejores ficciones y contiene, de una forma u otra, la vasta gama de malentendidos que recorren las páginas cruciales de la historia política de los pueblos del Nuevo Mundo.
Esta formidable novela también puede ser leída como una vigorosa parábola del desencuentro político latinoamericano. El propio autor ha admitido esta interpretación al señalar que »todos los latinoamericanos hemos tenido nuestros Canudos, es decir, esos estados de división nacional a consecuencias de fanatismos paralelos«.
La novela es extremadamente reveladora al presentar el origen de estos malentendidos en las simplificaciones aberrantes de la realidad. La vida, y sobre todo la vida de la colectividad en naciones emergentes, pareciera enfrentar al hombre latinoamericano a realidades demasiado vastas, confusas y lacerantes como para no buscar en las abstracciones un refugio, un consuelo o una clave milagrosa que permita entender lo inexplicable y ofrecer una solución mesiánica a cada uno de los problemas de la contingencia terrenal.
El fenómeno bien puede estar relacionado con las sospechas que despierta en la América hispana el ejercicio de la crítica, la falta de receptividad para acoger puntos de vista discrepantes o independientes, e incluso cierta incapacidad para exponerla con el rigor y la franqueza que la verdadera crítica exige.”